Cábala


Surgida en el siglo II de nuestra era, en el pueblo de Israel, la Cábala se desarrolló en la Alta y Baja Edad Media, en países cristianos como Francia y España, particularmente este último, donde en el siglo XIII fue escrito nada menos que El Zohar, el gran libro cabalístico, brillando en Italia durante el Renacimiento bajo su forma cristianizada y pasando a los países del norte y centro de Europa e Inglaterra, Polonia etc., en distintas épocas, y en donde aún hoy se mantiene viva, así como en Jerusalem y muchas otras ciudades del mundo moderno, entre judíos y no judíos. Esto en cuanto a la Cábala histórica se refiere. La traducción de la palabra «cábala» es «tradición», y está relacionada con «recibir», en el sentido de aceptar un legado o herencia. El esquema histórico que expresamos anteriormente es válido en términos generales y horizontales. Si adoptamos el punto de vista vertical, esa transmisión de la Tradición Primordial, y su recepción, no han dejado de ser nunca, y esos efluvios de la divinidad están siempre presentes en el mundo y en el hombre.

Para la Cábala hebrea, el Universo se ha creado a partir de un punto primordial a través de emanaciones asimiladas a numeraciones (sefiroth), equivalentes a nombres divinos. De lo apenas existente y más sutil, al mundo corpóreo perceptible por los sentidos; en términos cabalísticos, desde el primero de los números, llamado Kether, hasta la sefirah número diez, denominada Malkhuth, o sea, de la Unidad primigenia, al denario, el que a su vez después del recorrido sucesivo de los números naturales, vuelve a reiterar por analogía al Uno, pero en distinto plano de solidificación o materialización (10 = 1 + 0 = 1).

El diagrama del Arbol de la Vida admite una división jerarquizada y vertical en cuatro planos, mundos o estados de conciencia, llamados de arriba hacia abajo, Olam ha Atsiluth o Mundo de las Emanaciones, Olam ha Beriyah o Mundo de la Creación, Olam ha Yetsirah o Mundo de las Formaciones, y finalmente Olam ha Asiyah, identificado con el ser de la tierra y del hombre como objetos creados e incluyendo la determinación de las leyes tanto físicas como fisiológicas, ya que el diagrama Sefirótico o modelo del universo a que nos estamos refiriendo es válido para todas las valoraciones, a saber: tanto para el macro como para el microcosmos. Estos cuatro mundos, planos o niveles, pueden igualmente ser considerados como tres, ya que Beriyah (Mundo o Plano de la Creación) y Yetsirah (Mundo o Plano de las Formaciones) pueden ser tomados como uno solo. Beriyah, correspondería a lo que la Antigüedad Tradicional denominó las Aguas Superiores, y Yetsirah a las Aguas Inferiores. Las primeras se vinculan con el elemento aire y son consideradas como constitutivas de la bóveda celeste, y las segundas con el elemento agua, conformando los ríos y los océanos, unidas ambas en la línea del horizonte. Estos dos planos pueden ser tomados como un único nivel y corresponden a la intermediación entre el primero (Atsiluth) y el último (Asiyah). Es en ellos en donde se realiza todo el trabajo interno y hermético. Asimismo, estas seis sefiroth llamadas en Cábala «de construcción cósmica», se corresponden en el ser humano con su psiquismo superior (Beriyah) y el inferior (Yetsirah).

Arbol-4-Planos-ahora



También el Arbol de la Vida puede ser dividido en tres columnas: dos laterales visibles y una central invisible a partir de la cual se han proyectado las otras dos de forma equidistante. Una de ellas es positiva, la central neutra, y la tercera negativa; por estos pilares las energías de la creación ascienden y descienden constantemente y sus interrelaciones y el lugar que ocupan en la escala dan lugar a los ángeles, arcángeles y nombres de poder, equiparables a sus análogos cristianos e islámicos, y a sus homólogos, los héroes, semidioses y dioses, espíritus sagrados y duales que habitan en todos los panteones. Estamos dando dos diagramas del Arbol cabalístico o Sefirótico, llamado como en otras muchas tradiciones Arbol de la Vida.

Arbol-4-lineas


En Sof = No Ser,  Ayn = Nada.

Kether Corona: primeras emanaciones del Ser; sin determinación astrológica.

Hokhmah = Sabiduría: Estrellas fijas.

Binah = Inteligencia: Saturno.

Hesed = Misericordia o Gracia: Júpiter.

Gueburah = Rigor: Marte.

Tifereth = Belleza: Sol.

Netsah = Victoria: Venus.

Hod = Gloria: Mercurio.

Yesod = Fundamento: Luna.

10 Malkhuth = Reino: interacción de los cuatro elementos; la Tierra – Acción.

El primero corresponde a la división por planos, así como por pilares o columnas; y el segundo incluye los nombres cabalísticos de cada sefirah o numeración y sus correspondencias planetarias –y por lo tanto alquímicas, ya que los planetas guardan una íntima relación con las propiedades simbólicas de los metales de la tierra. Por lo que vemos que este diagrama cabalístico se emparenta por lo tanto con la Numerología, la Astrología, la Alquimia y el Tarot, como lo desarrollaremos en este estudio.

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